El pasado 12 de mayo tuvo lugar en Tokio la Vigésimoctava Cumbre UE-Japón, en la que se volvió a manifestar la cercanía, la profundidad y el dinamismo del que gozan las relaciones institucionales entre la Unión Europea y el país nipón. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunieron a lo largo de toda la jornada con el Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, con el fin de tratar asuntos de alto interés global como el conflicto entre Rusia y Ucrania, el mercado energético internacional o la apertura de una nueva línea de cooperación digital entre ambas regiones.
Tras dos años convulsos, los líderes pudieron volver a reunirse con normalidad y de forma presencial, algo que no ocurría desde 2019. La histórica pandemia de COVID-19 obligó a cancelar la edición de 2020, mientras que el año pasado se recurrió a la realización del encuentro mediante videoconferencia.
La jornada de diálogo comenzó pasadas las 10 de la mañana (hora japonesa) con la recepción por parte del Primer Ministrojaponés de los Presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo. Tras el saludo amistoso entre ambas partes y la ceremonia de bienvenida de la guardia de honor japonesa, tuvo lugar la sesión plenaria precedente a la rueda de prensa conjunta entre los líderes, en la que se expusieron un gran número de conclusiones en relación a distintos temas tratados por los mandatarios. Tras ofrecer sus declaraciones, el presidente Michel y la presidenta Von der Leyen fueron invitados por el primer ministro Kishida al almuerzo oficial que puso fin al encuentro entre los dirigentes Europeos y el máximo responsable del gobierno japonés.
Cooperación estratégica para desarmar la violencia
Como no podía ser de otro modo, el conflicto armado entre Ucrania y Rusia acaparó gran parte del protagonismo en las conversaciones de los mandatarios. Ambas regiones se reafirmaron en su cooperación para seguir apoyando a Ucrania en el marco político, financiero, material y humanitario, a la vez que volvieron a condenar la agresión militar rusa e hicieron un llamamiento al cese inmediato de la violencia en el territorio ucraniano. También se abrió una nueva línea de cooperación para la búsqueda de la estabilidad en los mercados energéticos globales, asegurando la diversificación y la seguridad en el suministro de energía con el fin de lograr mitigar la dependencia energética a la que Europa se ve sometida por Rusia.
Los líderes también se mostraron seriamente preocupados por los numerosos problemas que atraviesa la región del Sureste Asiático, volviendo a mostrar su disconformidad ante las continuas pruebas de misiles balísticos y armas de destrucción masiva realizadas por Corea del Norte. También hubo palabras para la República Popular de China, instando a aliviar las tensiones históricas ocasionadas por la administración de las Islas Senkaku, situadas en el Mar de China Oriental. Este pequeño archipiélago viene siendo reclamado desde los años sesenta por el gobierno de la República Popular de China y la República de China (Taiwán), aunque oficialmente es administrado por el gobierno nipón desde 1972, cuando Estados Unidos le devolvió a Japón el control administrativo de Okinawa.
Tanto la Unión Europea como Japón, cooperarán para asegurar la libertad, unidad y seguridad de las regiones de Indo-Pacífico y el Sureste Asiático, a la vez que ampliarán sus relaciones político-económicas con China, de la que se espera una mayor asertividad e implicación en las relaciones multilaterales.
Para los mandatarios, todos estos conflictos no hacen más que poner de manifiesto la necesidad vital de contar con alianzas estratégicas sólidas que estimulen una cooperación profunda y cercana. Ante ello y con el objetivo de preservar un mundo libre de armas nucleares, la Unión Europea y Japón se han propuesto intensificar su colaboración en materias de seguridad y defensa hacia una mejor gestión de crisis, una mayor capacidad para contrarrestar amenazas, y nuevos programas de ciberseguridad que aprovechen el potencial tecnológico del país nipón.

Una alianza que avanza hacia la digitalización
Precisamente, su abrumador despliegue tecnológico ha otorgado a Japón el honor de ser el primer país del mundo en firmar un acuerdo de asociación digital con la Unión Europea. Basado en una visión positiva de la economía y la sociedad digital, este hito ha sido otro de los grandes protagonistas de la cumbre celebrada en la capital japonesa, asegurando una transición digital enmarcada en criterios como la solidaridad, la prosperidad y la sostenibilidad. Las áreas abarcadas por este histórico acuerdo incluyen las futuras tecnologías 6G, aplicaciones IA de alta seguridad, infraestructuras de green-data o el desarrollo de herramientas digitales para trabajadores.
En este punto, las relaciones entre la UE y Japón gozan de una gran intensidad e implicación bilateral que les ha permitido acometer ambiciosos proyectos como la Alianza Verde UE-Japón, una iniciativa lanzada durante la cumbre del pasado año dirigida a combatir los efectos nocivos del cambio climático y la degradación ambiental, además de fomentar la transición empresarial, tecnológica y energética hacia una mayor protección del medio ambiente bajo un clima de empleo y finanzas sostenibles. Para la UE ha sido la primera vez que se firma un acuerdo de esta índole con un país socio, por lo que había grandes expectativas sobre los avances que se pudieran alcanzar este año en el proyecto. De momento, ambos gobiernos están preparando un plan estratégico que establecerá las acciones prioritarias para comenzar con la fase de implementación, la cual se espera que comience a finales de julio del presente año.
Para terminar, Japón ha mostrado su disposición para asociarse al programa Horizon Europe, integrado en el marco de innovación e investigación de la Unión Europea. De hacerse realidad, supondría una excelente noticia para los miles de estudiantes de ambas regiones que podrían beneficiarse de programas de intercambio y cooperación en los que compartir conocimientos y experiencias que sigan acercando ambos lados del mundo.
Japón: Un ingrediente indispensable en la fórmula europea
Las relaciones entre la Unión Europea y Japón se remontan a la década de los cincuenta, época en la que nació la Comunidad Económica Europea. Dese entonces, Japón se ha consolidado como un socio vital para el viejo continente, siendo uno de sus principales aliados comerciales y sumando entre ambos más de una cuarta parte del PIB mundial actual. En el ámbito político, es el único país asiático vinculado a la UE por un Acuerdo de Asociación Estratégica, el cual fue firmado hace ya veintiún años, haciendo del país nipón el mejor aliado estratégico de Europa en la zona indo-pacífica.
La siguiente cumbre UE-Japón tendrá lugar en 2023. Históricamente, ambas regiones han alternado cada año sus funciones como anfitrión, por lo que puede esperarse que los mandatarios vuelvan a reunirse en Bruselas el año que viene para seguir estrechando lazos y fortaleciendo el vínculo que une a dos de las mayores potencias político-económicas del mundo.